martes, febrero 03, 2009

MOTARDS BAJO EL PRISMA DE UNA LOMO LUBITEL 166


Tomé estas instantáneas en Tortosa, en la primavera de 1994, mucho antes de que fuéramos invadidos por la fiebre lomográfica.
Fue mi primera experiencia con película a color y el resultado me dejó gratamente sorprendido. Fotos con una calidez y un tono absolutamente vintage, con el viñeteo clásico de este tipo de cámaras y la textura retro que las caracteriza.


Hasta esa fecha, solamente había utilizado película en blanco y negro con unos resultados, unas veces frustrantes (dobles exposiciones, negativos quemados o subexpuestos) y otras, verdaderamente deslumbrantes. Cuesta creer lo que una caja de plástico y latón de 5.000 pesetas de la época puede llegar a captar y dar de si.
Desde luego no era una Rolleiflex; pero si que podías atreverte a retratar escenas y personajes a ojímetro, siempre con luz diurna, para intentar emular al mismísimo Alberto García-Alix.