VACACIONES EN MÉXICO
Apreciad@s amig@s, PASTISSET permanecerá en stand by durante el mes de agosto con motivo del viaje por el centro y norte de México.
Con la intención de impregnarnos y zambullirnos de lleno en la cultura y el pueblo mexicano, salimos desde Barcelona hasta el D.F., vía Madrid, la semana que viene.
Alojados en el fabuloso Tenochtitlan, nuestro primer objetivo defeño es la Casa Azul en el barrio de Coyoacán (prometo post dadanóico). El segundo objetivo: La Ciudad de los Dioses para -dicen- recargar pilas espirituales.
Desde allí nos dirigimos hacia el norte en busca del enteógeno San Luís Potosí realizando un tour de cuatro días por las poblaciones de Zacatecas, Guanajuato (visita obligada a las momias, Don Absence) y Aguas Calientes.
1028 kilómetros en bus más al norte, visitaremos Chihuahua y, desde el Chepe, conoceremos las increíbles Barrancas del Cobre y la cultura Tarahumara.
Una vez llegados a Los Mochis, destino del ferrocarril de las Barrancas y feudo de Los Tigres del Norte, un paseo hasta Topolobampo y un ferry que atraviesa el mar de Cortés, hasta La Paz y desde allí hasta las maravillosas playas de Los Cabos (San José de Los Cabos y Cabo San Lucas).
Seguidamente, otro ferry hasta el puerto más importante de México, Mazatlan.
Nuestra intención es hartarnos de comer ceviche, tacos de camarón y pescado zarandeado. Como debe ser.
500 kilómetros más al sur vamos a pasar todo un fín de semana surfero en un espléndido y casi desconocido lugar llamado Barra de Navidad.
De Barra nos dirigiremos hasta la cosmopolita ciudad de Guadalajara (en un llano) para conocer in situ a los auténticos Mariachis y también, como no, sus famosas Tortas ahogadas.
Y como colofón del viaje, de nuevo en el D.F., la visita ineludible al Museo nacional de antropología. Una verdadera gozada.
Pues no me queda nada más que desearles una feliz canícula y emplazarles en septiembre, donde con mucho gusto les comentaré las sensaciones de mi largo viaje (casi 4.000 Km) a la tierra de los verdaderos norteamericanos.
¡Órale!
Con la intención de impregnarnos y zambullirnos de lleno en la cultura y el pueblo mexicano, salimos desde Barcelona hasta el D.F., vía Madrid, la semana que viene.
Alojados en el fabuloso Tenochtitlan, nuestro primer objetivo defeño es la Casa Azul en el barrio de Coyoacán (prometo post dadanóico). El segundo objetivo: La Ciudad de los Dioses para -dicen- recargar pilas espirituales.
Desde allí nos dirigimos hacia el norte en busca del enteógeno San Luís Potosí realizando un tour de cuatro días por las poblaciones de Zacatecas, Guanajuato (visita obligada a las momias, Don Absence) y Aguas Calientes.
1028 kilómetros en bus más al norte, visitaremos Chihuahua y, desde el Chepe, conoceremos las increíbles Barrancas del Cobre y la cultura Tarahumara.
Una vez llegados a Los Mochis, destino del ferrocarril de las Barrancas y feudo de Los Tigres del Norte, un paseo hasta Topolobampo y un ferry que atraviesa el mar de Cortés, hasta La Paz y desde allí hasta las maravillosas playas de Los Cabos (San José de Los Cabos y Cabo San Lucas).
Seguidamente, otro ferry hasta el puerto más importante de México, Mazatlan.
Nuestra intención es hartarnos de comer ceviche, tacos de camarón y pescado zarandeado. Como debe ser.
500 kilómetros más al sur vamos a pasar todo un fín de semana surfero en un espléndido y casi desconocido lugar llamado Barra de Navidad.
De Barra nos dirigiremos hasta la cosmopolita ciudad de Guadalajara (en un llano) para conocer in situ a los auténticos Mariachis y también, como no, sus famosas Tortas ahogadas.
Y como colofón del viaje, de nuevo en el D.F., la visita ineludible al Museo nacional de antropología. Una verdadera gozada.
Pues no me queda nada más que desearles una feliz canícula y emplazarles en septiembre, donde con mucho gusto les comentaré las sensaciones de mi largo viaje (casi 4.000 Km) a la tierra de los verdaderos norteamericanos.
¡Órale!